jueves, 9 de diciembre de 2010

No, no intentes disculparte, no juegues a insistir. Las excusas ya existían
antes de ti.
No, no me mires como antes, no hables en plural. La retórica
es tu arma más letal. Voy a pedirte que
no vuelvas más, siento que me
dueles todavía aquí, adentro. Y que a tu edad sepas bien lo que es
romperle el corazón a alguien así.
Espero que no esperes que te espere,
la paciencia se me ha
ido hasta los pies. Y voy deshojando margaritas
y mirando sin mirar, para ver si así te irritas y te vas. Voy a pedirte que
no vuelvas más,
siento que me dueles todavía aquí, adentro. Y que a
tu
edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así. Pesa
más la rabia
que el cemento.