sábado, 8 de enero de 2011

Por ahí, tenía que entenderlo de esta forma. Tenía que darme la cabeza otra vez contra la pared, aunque me doliera, para entenderlo. Ella nunca se fue de tu vida, y cada paso que das, conmigo, con ella, con cualquiera, miras los riesgos y sufrimientos que ella puede tener.
Me rebaje una noche, pasada de alcohol a pedirte un beso, tu respuesta? Ella esta acá. Como si fuera lo único que importaba. Y por meses lo único que hice, fue pensar y creer que ibas a cambiar, de alguna forma, en algún momento ibas a entender que las cosas no pasaban solo por ella. Y por más que me lo advirtieron mil veces, me metí con vos, “con fuero no se juega”. Pues bien sabrás, me queme. Y para quemarte, tuve que estar ciega ante ese pensamiento que había idealizado en algún momento. Paso hace meses, me dijiste que no me ibas a desilusionar. Y acá estoy llorando, después de diez meses de vueltas y vueltas. Tratando de entender porque no hice caso a ese previo aviso en mi cabeza, de las personas de mi entorno, que decía “stop, por acá no” y seguí igual, quería ver si había más. Tuve que caer muchísimo más bajo que pedirte un beso, para que le dieras importancia al asunto. Y ahí entendí, caí por completo. Esto, sea lo que sea, sienta lo que sienta, haga lo que haga, no iba a poder ser.


QUE COMPLETA IDIOTA