Por ahí, tenía que entenderlo de esta forma. Tenía que darme la cabeza otra vez contra la pared, aunque me doliera, para entenderlo. Ella nunca se fue de tu vida, y cada paso que das, conmigo, con ella, con cualquiera, miras los riesgos y sufrimientos que ella puede tener.
Me rebaje una noche, pasada de alcohol a pedirte un beso, tu respuesta? Ella esta acá. Como si fuera lo único que importaba. Y por meses lo único que hice, fue pensar y creer que ibas a cambiar, de alguna forma, en algún momento ibas a entender que las cosas no pasaban solo por ella. Y por más que me lo advirtieron mil veces, me metí con vos, “con fuero no se juega”. Pues bien sabrás, me queme. Y para quemarte, tuve que estar ciega ante ese pensamiento que había idealizado en algún momento. Paso hace meses, me dijiste que no me ibas a desilusionar. Y acá estoy llorando, después de diez meses de vueltas y vueltas. Tratando de entender porque no hice caso a ese previo aviso en mi cabeza, de las personas de mi entorno, que decía “stop, por acá no” y seguí igual, quería ver si había más. Tuve que caer muchísimo más bajo que pedirte un beso, para que le dieras importancia al asunto. Y ahí entendí, caí por completo. Esto, sea lo que sea, sienta lo que sienta, haga lo que haga, no iba a poder ser.
QUE COMPLETA IDIOTA